Lula y su antiguo rival dan el primer paso para sellar su alianza electoral
Sao Paulo, Brasil.- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula y el liberal Geraldo Alckim, uno de sus históricos rivales, dieron este viernes el primer paso para sellar su alianza electoral de cara a las elecciones presidenciales de octubre.
A menos de seis meses para la celebración de los comicios, ambos polÃticos se reunieron en un hotel de Sao Paulo para tejer la fórmula con la que probablemente concurrirán a los comicios para enfrentar al actual presidente, Jair Bolsonaro.
Siguiendo la hoja de ruta establecida, el Partido Socialista Brasileño (PSB) ofreció formalmente a Alckmin como candidato a la vicepresidencia de Lula y espera ahora el beneplácito del Partido de los Trabajadores (PT) para consagrar definitivamente la unión, lo que podrÃa ocurrir la próxima semana.
No obstante, el matrimonio polÃtico de conveniencia entre Lula, favorito en las encuestas, y Alckmin encuentra fuertes resistencias dentro de las alas más izquierdistas del PT, que no perdonan la trayectoria liberal del exgobernador de Sao Paulo.
Alckmin, de 69 años, ha volcado la mayor parte de sus cinco décadas en la polÃtica al Partido de la Social Democracia (PSDB), que con el tiempo abandonó la centroizquierda en que nació en 1988, para acercarse a posturas más neoliberales y de centroderecha.
El polÃtico, sin embargo, abandonó el año pasado las filas del PSDB para afiliarse a los socialistas y hacer asà viable una alianza con el antiguo lÃder sindical, contra quien perdió las elecciones a la presidencia en 2006.
Pese a las fisuras creadas en el seno de su formación, Lula sigue moviendo prácticamente todos los hilos del partido que él mismo ayudó a crear en 1980 y este viernes escenificó su alianza con Alckmin con un fuerte aprieto de manos.
“Tengo seguridad que el Partido de los Trabajadores aprobará su nombre como candidato a la vicepresidencia”, afirmó Lula (2003-2010) durante la reunión con Alckmin, quien fue gobernador del estado de Sao Paulo, el mayor colegio electoral del paÃs y donde mantiene una gran influencia.
“Alckmin -agregó- usted será recibido como viejo compañero dentro de nuestro querido Partido de los Trabajadores».
Vestido con una camisa azul, el antiguo lÃder sindical resaltó la experiencia de ambos polÃticos para “reconstruir el paÃs” y resaltó la necesidad de “conversar con toda la sociedad brasileña” en caso de vencer los comicios de octubre.
Lula, quien ha recuperado sus derechos polÃticos tras pasar 580 dÃas en prisión, ha dejado claro en más de una ocasión que está dispuesto a olvidar las diferencias que le separan de Alckim y en una declaración reciente afirmó que ambos “han cambiado».
LA CONQUISTA DEL CENTRO
En su unión con Alckmin, un ferviente católico, Lula busca conquistar los electores de centro, asà como los sectores más conservadores desencantados con Bolsonaro, en momentos en que los polÃticos de la llamada “tercera vÃa” no acaban de despegar en las encuestas de intención de voto.
Precisamente, el PSB resaltó en una carta dirigida al PT que Alckmin “reúne las mejores condiciones para articular fuerzas polÃticas amplias, capaces de dar a la resistencia democrática la envergadura que permitirá enfrentar el bolsonarismo».
Pero el equilibrio entre ambos no será sencillo, como Lula dejó entrever esta misma semana con una serie de peliagudas declaraciones que pueden tener un precio polÃtico, especialmente en los sectores más conservadores.
El extornero mecánico animó a la militancia de izquierdas a protestar frente a las casas de los legisladores conservadores y defendió abiertamente el aborto, un tema delicado en un paÃs como Brasil.
Alckmin, conservador y ferviente católico, se mantuvo en silencio sobre esas declaraciones de Lula, un gesto que fue interpretado como la primera prueba de fidelidad de una unión prácticamente sacramentada.